Mis Escritos

Mis escritos

son gratutitos

copia y pega

y ya está.

Los derechos de autor son demasiado caros

son la excusa del depredador

para hacer dinero fácil

a costa del escritor.

Por eso prefiero confiar

en que se reconocerá mi autoría.

Por eso, yo regalo mi trabajo

siempre que reconozcan mi autoría...

Copia y pega y es todo tuyo,

con mi nombre en el final.

Gracias

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lunes, 3 de agosto de 2009

Creencias, generadoras de motivación

Antes de entrar en materia, es menester identificar qué es una creencia.
La creencia es un concepto, una proposición, la cual creemos verdadera, ya sea a nivel consciente o inconsciente, y; por lo general, nos negamos a discutir su validez.
Todos nosotros tenemos sistemas de creencias formados desde que nacemos, que nos son dadas por nuestros padres, profesores y maestros, amigos, libros, etc.; es decir por todo aquello que conforma nuestro entorno.
Las creencias motivan nuestros comportamientos; son pues los motores de nuestras conductas, independientemente de que tengamos o no conciencia de ellas, además las creencias tienen su propia química, se combinan de maneras que aun no han sido estudiadas, aunque ya la programación neuro lingüística ha comenzado a hacerlo.
De modo que, según los resultados conductuales que genera nuestro sistema de creencias, podemos decir que algunas son negativas y otras son positivas, mientras que según la fiabilidad de la fuente de dónde se originaron podemos clasificarlas en científicas y dogmáticas, y según su comprobación en verdaderas o falsas.
Son parte de nuestro sistema de creencias los refranes y proverbios que hemos asimilado, los libros que hemos leído, las conclusiones a que hemos llegado dada nuestra experiencia vital, etc.
Ahora, sucede que es nuestro sistema de creencias el que motiva nuestra conducta, tanto en el nivel conciente como en el subconsciente e inconciente, de modo que si tenemos creencias erradas, tendremos comportamientos dañinos.
El autosabotaje suele ser el resultado de creencias falsas acerca de la propia valoración, creencias que minan la autoestima, el racismo, el clasismo, la xenofobia religiosa o de cualquier otra índole también tiene su base en creencias falsas del tipo que llamamos generalizaciones, y cuando dichas creencias son inconcientes, pareciera peor el resultado conductual, ya que al desconocer el individuo dichos prejuicios, no tiene ningún control sobre ellos.
Por ejemplo, a un niño blanco se le dice que todos los negros son ladrones, a un niño negro se le convence de que todos los blancos son explotadores, o también, todos los italianos somos mafiosos, todos los alemanes son racistas, todos los judíos son estafadores; etc.
Como dije antes, dichas generalizaciones pueden ser conscientes o pasar inadvertidas por el que las sufre, en el primer caso tenemos el fenómeno de la xenofobia, y en el segundo una sensación de aversión que la persona no entiende, y racionaliza con frases como “yo no tengo nada contra los italianos pero me dan mala espina, aunque no sé porqué”.
Pero el sistema de creencias no es solo causante de la xenofobia, también encadena a conductas negativas, llevándonos a cometer una y otra vez los mismos errores.
Ejemplos de este tipo de creencias son:
“El lobo pierde el pelo pero no pierde el vicio” y “árbol que crece torcido nunca su rama endereza”; o sea que si robé una vez, ladrón para siempre (o lo que sea que haya hecho mal), y sucede que la vida es cambio, y que el perro es un lobo que perdió el vicio sin haber perdido el pelo y que el árbol tuerce su rama cuando está en la sombra y busca la luz (fototropismo)
“Mucho ayuda el que no estorba” mi papá (o mamá o maestro o lo que sea) me cree estorbo, soy un estorbo, por tanto no valgo nada.
“Las palizas acomodan a la gente”, es decir que mis padres me pegan para corregirme, entonces para corregir a mi esposa tengo que molerla a palos.
“Me duele más a mí que a ti”, pobrecita mi madre, cuando me pega le duele mucho (cinismo)
Además, si crecemos en un ambiente musulmán fanático nos enseñan a odiar a los cristianos, y si crecemos en uno cristiano de la misma índole, aprendemos a odiar a los musulmanes; si crecemos entre republicanos, los demócratas son farsantes y si crecemos entre demócratas los republicanos son corruptos, igual para los comunistas, los capitalistas y para cualquier -ismo que la sociedad haya acuñado.
Es muy posible que todas las enfermedades mentales, neurosis y psicosis, estén arraigadas en un sistema de creencias disfuncional e inconsciente, que trabaja según su propia química desde las profundidades de los laberintos de nuestras mentes, de manera automática y obligándonos a hacer lo que no queremos y a no hacer lo que si queremos.
Después de todo, ¿cuántos de nosotros no nos hemos sorprendido alguna vez diciéndonos; con total sinceridad, “no sé porque lo hice, no sé qué me pasó”?
Los sistemas de creencias que hemos forjado a través de toda la vida motivan nuestras conductas, y si somos incapaces de controlarnos, es necesario individuar aquellas creencias virulentas, eliminarlas y sustituirlas por creencias sanas, el problema que se presenta aquí es ¿quién nos dice qué creencias son beneficiosas y nutricias y cuales en cambio son dañinas?, la respuesta a esta última pregunta ha de ser el resultado de estudios e investigaciones neuro lingüísticas, semánticas y psicológicas.
Dijo Cristo: “como piensas así eres”, y “no es lo que entra en tu boca lo que te daña, sino lo que sale de ella” - o sea las creencias negativas- y “lo que abunda en tu corazón es lo que sale de tu boca”, y “la higuera solo higos puede dar, no puede dar otra cosa”. Son los sistemas de creencias los que determinan nuestras motivaciones y sólo cuando aprendamos a conocer la química de dichos credos podremos tener elementos para construir esa sociedad utópica que todos queremos y en la que tan pocos aun creemos pueda realizarse.

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